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Con la llegada del frío, los días se acortan y el ambiente se vuelve más húmedo. Todo esto hace que nuestros peludos tengan que adaptarse al cambio de estación, y ese esfuerzo puede pasar factura a su sistema inmunitario.
El cuerpo gasta más energía en mantener la temperatura y, al mismo tiempo, disminuye la actividad física y la exposición al sol, lo que afecta al ánimo y a la producción de vitaminas naturales como la D.
Si a eso sumamos los paseos más cortos, los cambios bruscos de temperatura y el contacto con otros animales en lugares cerrados, tenemos el cóctel perfecto para una bajada de defensas.
En otoño e invierno, los perros y gatos son más vulnerables a:
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Resfriados y tos, por los cambios de temperatura.
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Infecciones de piel u oídos, por la humedad y menor ventilación.
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Problemas digestivos, si comen menos o cambian sus rutinas.
Por eso, reforzar sus defensas con una buena alimentación, vitaminas y cuidados extra no es un capricho: es la mejor forma de ayudarles a pasar el invierno fuertes y felices.
Alimentos y nutrientes que no deben faltar
Para fortalecer el sistema inmunitario de tus peludos conviene centrarse en tres grandes bloques de nutrientes: proteína de calidad, vitaminas y minerales, y ácidos grasos esenciales.
Aquí tienes una tabla para verlo de forma clara:
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Nutriente clave |
Función principal |
Alimentos recomendados |
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Proteína de alta calidad |
Sirve para reparar tejidos y fabricar glóbulos blancos que defienden el organismo. |
Carnes magras, pescados, huevos, alimento específico de calidad. |
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Vitaminas & minerales (C, E, Zinc, Selenio) |
Apoyan la barrera inmunológica y el combate de radicales libres. |
Zanahoria, calabaza, arándanos, espinacas, suplementos adecuados. |
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Ácidos grasos Omega-3 |
Reducen la inflamación, mejoran la piel y el pelaje, lo que indirectamente refuerza las defensas. |
Aceite de pescado, semillas de lino, algas, alimentos enriquecidos. |
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Dieta de eliminación |
Sirve para confirmar o descartar alergias alimentarias, ofreciendo una única fuente de proteína y carbohidrato durante varias semanas. |
Además de esto, conviene observar estos hábitos:
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Asegura que el peludo tenga agua fresca y limpia disponible, incluso en los días más fríos.
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Favorece la actividad física suave, ya que la circulación activa ayuda a que las defensas trabajen mejor.
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Evita dietas demasiado bajas en calorías o con ingredientes muy baratos: la calidad importa.
Suplementos que pueden apoyar a nuestros peludos
Ciertos suplementos pueden servir como “refuerzo” cuando vienen épocas de mayor riesgo. Eso sí, siempre bajo supervisión veterinaria. Aquí algunos ejemplos útiles:
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Probióticos: La flora intestinal es la primera línea de defensa del sistema inmunitario. Un intestino sano implica una respuesta de las defensas más fuerte.
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Betaglucanos: polisacáridos que estimulan el sistema de defensa natural.
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Vitaminas y minerales específicos, como zinc o selenio.
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Prebióticos: fibra que “alimenta” a las bacterias buenas del intestino.
Recuerda: no sustituirán una buena dieta ni cuidados básicos, pero sí pueden marcar la diferencia.
Cuidados extra para otoño/invierno: más allá del cuenco
Además de lo que come tu perro o gato, hay varios factores externos que conviene vigilar para que no baje la guardia:
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Abrigos o mantas: Los cambios bruscos de temperatura lo afectan más de lo que pensamos. Si sale o entra de zonas frías a calientes, asegúrate de que no sufra “choque térmico”.
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Higiene del pelaje y la piel: Una piel sana es la primera línea de defensa. Cepillados regulares, revisiones de patitas, orejas y zonas tapadas. Fundamental secar bien a nuestro peludo después de un paseo bajo la lluvia
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Ambiente limpio: Menos horas de luz, más sedentario… el polvo, ácaros o humedad pueden acumularse y debilitar al peludo. Ventila y limpia bien.
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Vacunación y desparasitación al día: Fundamental para que el sistema inmunitario no tenga que “luchar” también contra parásitos o enfermedades prevenibles.
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Juego y cariño: El estrés y la ansiedad bajan las defensas. Dedica tiempo a jugar y estar con él; para tu peludo tú eres su mejor “medicina”.
¿Cuándo consultar al veterinario?
Si notas que tu peludo presenta: pelaje opaco y sin brillo, piel irritada, infecciones recurrentes, apatía, aunque siga comiendo… es el momento de llevarlo al especialista. El sistema inmunitario puede estar bajando y solo un profesional podrá valorar y ajustar su dieta, suplementación o posibles infecciones ocultas.
Conclusión
El otoño e invierno no tienen por qué ser una época de “resistencia” para nuestros amigos peludos. Con una alimentación adecuada, cuidados constantes y un poco de atención extra, podemos asegurarnos de que lleguen a la primavera tan fuertes y vitales como siempre.






