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Es posible que hayas notado que tu peludo come menos en esta época del año, tranquilo que es muy habitual y en principio no tiene por qué ser alarmante. En este artículo vamos a ver cuáles son las causas y en qué situaciones requeriremos de consulta veterinaria.
¿Es normal que los gatos coman menos en verano?
Sí, es completamente normal. Al igual que nosotros, los gatos suelen reducir su apetito cuando hace calor. Su cuerpo necesita menos energía al reducir la actividad diaria y buscan hidratarse más que alimentarse en exceso.
Causas más comunes de la falta de apetito felino en verano
- Aumento de la temperatura corporal y menor gasto energético: Con las altas temperaturas, los gatos disminuyen su actividad física y, por tanto, también la cantidad de comida que necesitan.
- Deshidratación leve o cambios en la rutina de hidratación: Si no beben suficiente agua, su apetito puede disminuir. El calor altera sus hábitos de consumo.
- Comida expuesta al calor o a temperaturas no adecuadas: El alimento seco puede perder frescura y el húmedo deteriorarse si se deja demasiado tiempo fuera, provocando rechazo.
- Estrés térmico o incomodidad ambiental: Un ambiente sofocante reduce las ganas de comer. Los gatos priorizan buscar lugares frescos antes que acercarse al comedero.
¿Cuándo preocuparte si tu gato come poco en verano?
Aunque es normal que los gatos reduzcan ligeramente su ingesta de alimento durante los meses más calurosos, hay señales claras que indican que la situación puede ser más grave y requiere atención veterinaria.
- Pérdida total de apetito durante más de 24-48 horas: El ayuno prolongado en gatos nunca debe pasarse por alto. A diferencia de los perros, los gatos pueden desarrollar un problema serio llamado lipidosis hepática (acumulación de grasa en las células del hígado al utilizar las reservas de grasa para obtener energía) si dejan de comer.
- Pérdida de peso visible o rápida: Si notas que tu gato se ve más delgado, los huesos más marcados o la piel más floja, es una señal de que la falta de alimentación está afectando a su organismo.
- Apatía y falta de energía: Un gato que duerme más de lo habitual, no juega, no responde a estímulos o se esconde puede estar sufriendo algo más que calor: desde una deshidratación hasta una enfermedad subyacente.
- Síntomas digestivos asociados (vómitos, diarrea, estreñimiento): Estos problemas pueden indicar que el calor no es la causa principal de la falta de apetito.
En resumen, si tu peludo come menos pero sigue hidratándose, mantiene su energía y no presenta otros síntomas, probablemente se trate de un ajuste normal al calor. Pero si el rechazo a la comida se prolonga, se combina con signos de enfermedad o notas un cambio brusco en su comportamiento, acude al veterinario sin esperar.
Consejos para estimular el apetito de tu gato en verano
- Ofrécele comida húmeda o refrigerada: Las latas o sobres fríos no solo hidratan más, sino que resultan más apetecibles.
- Cambia los horarios de comida : Prueba a darle de comer en las horas más frescas del día: temprano por la mañana o de noche.
- Asegura un ambiente fresco y tranquilo: Coloca su comedero en un lugar ventilado y sin exposición directa al sol.
- Divide la ración diaria en varias tomas pequeñas: Así evitas que la comida se estropee y tu gato se sentirá más cómodo comiendo poco a poco.
¿Debo cambiar su alimentación en verano?
No es necesario cambiar por completo su dieta, pero sí adaptarla. Potencia el alimento húmedo, asegúrate de que siempre tenga agua fresca y revisa la calidad del pienso para que conserve sus nutrientes a pesar del calor.