Suena a práctica medieval pero, aunque parezca increíble en nuestro país, es frecuente que los ayuntamientos y organismos competentes autoricen batidas de caza controladas para ‘deshacerse’ de animales callejeros.
Ellos alegan que son animales salvajes, ‘asilvestrados’, que causan daños y trastornos a la población local, pero distintas asociaciones animalistas afirman que simplemente son animales sin hogar, abandonados por humanos sin escrúpulos y que se merecen un trato más digno que un disparo efectuado por un cazador.
Estos son los casos de las batidas que se iban a efectuar en Leciñena (Zaragoza) y Tórtola de Henares (Guadalajara) y que Pacma ha conseguido paralizar.
En el primero de los casos y según informan en El País:
Pacma recibió el aviso de una publicación en Leciñena a través de un bando municipal que autorizaba a la sociedad de cazadores a abatir a tiros a cualquier perro abandonado que se encontrara en el término municipal.
Tras enterarse de esta situación, Pacma Zaragoza se apresuró a contactar con el alcalde y proponerle una vía más razonable para el control de la población de animales abandonados y tras las negociaciones llevadas a cabo, el consistorio decidió retirar la autorización de batida de estos animales.
En el segundo caso, la solicitud de caza de perros y gatos abandonados surgió del Club Deportivo Básico de Tórtola de Henares de Guadalajara, quien pretendía abatir a estos animales en un coto privado de caza.
Gracias a la intervención de Pacma, la dirección provincial de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha denegó el permiso necesario para dicho sacrificio.
El Partido Animalista sospecha que los animales han desaparecido a pesar de esta prohibición de caza, por lo que se ha interpuesto una denuncia contra el Club Deportivo Básico de Tórtola de Henares en la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, quien ha abierto un expediente sancionador a dicho club.
Desde Pacma afirman que llevan mucho tiempo persiguiendo estas prácticas poco éticas de control de animales abandonados y que seguirán denunciándolas y paralizándolas hasta un cambio en la ley vigente.
Vía: El País
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