La imagen de un perro con gafas de sol nos suele parecer simpática, divertida, pero seguro que te has preguntado alguna vez si las gafas comercializadas para canes responden a una cuestión estética o a una necesidad real en casos concretos. Pues sí, ambas opciones son correctas.
Sirva como ejemplo el caso de Jax, un perrete de Texas al que el veterinario le prescribió unas Doggles debido a un problema de visión.
Jax padece cataratas además de un glaucoma ocular lo que le impide ver con claridad cuando sale a la calle o ante un exceso de luz.
El veterinario, además de prescribirle un tratamiento más ortodoxo en forma de gotas, le recomendó el uso de gafas especiales para perros, lo que se tradujo en un incremento considerable de la calidad de vida de Jax, ya que ahora puede realizar actividades al aire libre sin molestias de ningún tipo.
Pero además, le quedan tan bien las gafas que se ha convertido en toda una estrella en la localidad donde reside y es que está para comérselo.
Por tanto, aunque haya quien decida llevar a su perro con gafas por una cuestión puramente estética la verdad es que, al igual que en las personas, unas buenas lentes homologadas protegen de los rayos ultravioletas y pueden convertirse en aliados en determinadas ocasiones.
En Visión Veterinaria nos concretan esos usos más ‘terapéuticos’:
- Protección solar en animales que van a la playa o la nieve, para evitar lesiones oculares.
- Protección antes objetos extraños, animales que salen donde hay mucha vegetación o arena.
- Protección contra insectos, objetos voladores o viento.
- Protección tras cirugías oculares (no todos los animales son candidatos).
- Protección ocular en animales chatos, que llevan los “ojos a ras de suelo”, sobre todo cuando olfatean (hay que valorar si aguantan en la posición correcta y no presionan los párpados, cuidado!).
- Protección ocular para perros de trabajo (rescate, policías, cacería…).
- Protección corneal por hipersensibilidad a rayos ultravioletas (pannus, por ejemplo).
- Protección ocular en animales ciegos, para evitar golpes.
Si estás pensando en comprar unas para tu amigo peludo, asegúrate de que estén homologadas, que bloqueen al menos el 50% de los rayos UV y que estén hechas en materiales resistentes y lentes a prueba de impactos (policarbonato). Aunque, ante la duda, es preferible consultar al veterinario sobre la conveniencia de su uso en nuestro caso y el tipo de gafas más adecuado.
Vía: Visión Veterinaria
También puedes ver: Hoy empieza el otoño ¡Ojo con los trombicúlidos!
Departamento de ventas y redactora de contenido del mundo animal