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Tipos de parásitos en perros: internos y externos
Gracias a que cada vez hay más tutores concienciados y preocupados por la salud de sus perros, las plagas de parásitos y sus consecuencias son cada vez menores. Aunque todavía hay quien únicamente asocia la palabra “parásitos” a pulgas y garrapatas, olvidándose también de los parásitos internos que pueden afectar gravemente a nuestros peludos. Vamos a hacer un repaso:
Los parásitos internos viven dentro del cuerpo del animal y pueden afectar a órganos como intestinos (por ejemplo, las lombrices y tenias), el corazón (gusano del corazón), pulmones o hígado… Los síntomas más frecuentes asociados a estos son vómitos o diarrea, pérdida de peso, abdomen hinchado, debilidad, tos persistente…
Sin embargo, los parásitos externos viven sobre la piel o pelaje del animal. Aquí entrarían pulgas, garrapatas, ácaros, piojos… Los síntomas de infestación más comunes son picor constante y rascado excesivo, heridas o pérdida de pelo, irritación y enrojecimiento de la piel… además de que pueden verse a simple vista si revisamos la piel del perro.
¿Por qué es fundamental actuar rápido? Los antiparásitos para perros son la mejor protección para prevenir que se infeste de estos parásitos ya que así evitaremos complicaciones ya que pueden causar enfermedades graves si no se tratan a tiempo. También protegeremos a otros animales y personas ya que muchos pueden trasmitirse también a humanos. Y, principalmente, mejoraremos la calidad de vida del perrete.
Parásitos internos en perros
Recordemos que estos son los que pueden afectar al sistema digestivo, sanguíneo o respiratorio e incluso a órganos importantes. A continuación vamos a conocer cuáles son los principales aspectos a tener en cuenta.
Lombrices intestinales (Nematodos)
Son parásitos redondos que viven en el intestino del perro. Los más comunes son los áscaris y los anquilostomas.
Su presencia causa estos síntomas: diarrea (que puede incluso contener sangre), vómitos, abdomen hinchado, pérdida de peso, crecimiento deficiente, pelaje opaco…
Pueden contagiarse si ingieren heces infectadas o a través del contacto con tierra contaminada o de leche materna en cachorros (si la madre estuviera infectada) y al ingerir larvas presentes en animales infectados (por ejemplo, roedores).
Para eliminarlos, el veterinario nos recetará un antiparasitario oral específico como pastillas antiparasitarias para perros. En cachorros es importante desparasitar regularmente las primeras semanas de vida y, posteriormente, seguir el calendario preventivo que nos indique.
Tenias (Cestodos)
Son parásitos planos y segmentados que se adhieren a la pared intestinal del perro, absorbiendo sus nutrientes. El más común es Dipylidium caninum.
Los síntomas que producen son picor o lamido excesivo en la zona anal y presencia de segmentos blancos (similares a granos de arroz) en las heces o alrededor del ano. En casos muy avanzados puede haber pérdida de peso y malestar general.
Se contagian al ingerir pulgas infectadas (al lamerse) y por comer carne cruda o vísceras que estén contaminadas.
Para eliminarlos, de nuevo, necesitamos el antiparasitario específico que nos recete el veterinario. No debemos olvidar que también hay que tratar las pulgas para evitar reinfecciones.
Giardia
Es un parásito microscópico (concretamente, un protozoo) que se aloja en el intestino delgado, causando alteraciones digestivas, sobre todo en cachorros y perros con sistema inmune deprimido.
Los síntomas que causan son diarrea persistente, incluso con moco y mal olor, deshidratación, pérdida de peso, letargo y falta de apetito.
Se contagian al beber agua contaminada de charcos, ríos, bebederos sucios, por contacto con heces infectadas o a través de objetos, suelos y pelaje sucio si el perro se lame.
El veterinario recomendará el fármaco antiparasitario específico (generalmente el activo es metronidazol o fenbendazol) más apropiado. También es imprescindible desinfectar el entorno y, en ocasiones, puede ser necesario repetir el tratamiento.
Gusano del corazón (Dirofilaria immitis)
Es un parásito filiforme que se aloja en el corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos, causando daños graves y potencialmente mortales si no se trata a tiempo.
Los síntomas que pueden aparecer son tos persistente, fatiga extrema (sobre todo tras ejercicio), dificultad para respirar y, en fases avanzadas, desmayos, abdomen hinchado o signos de insuficiencia cardíaca.
Se contagia a través de la picadura de mosquitos infectados, que transmiten las larvas del parásito al torrente sanguíneo del perro. Esto ocurre con más frecuencia en zonas cálidas y húmedas.
Respecto al tratamiento la prevención es la clave, con antiparasitarios mensuales prescritos por el veterinario. En casos avanzados, el tratamiento es más complejo y prolongado en el tiempo y habrá que suministrar medicamentos que eliminen los parásitos adultos y las larvas. En zonas endémicas se recomienda hacer pruebas anuales para detectar la enfermedad a tiempo.
Coccidios
Son parásitos microscópicos unicelulares (también son protozoos) que invaden las células del intestino causando graves efectos en cachorros y perros con sistema inmune debilitado. Los más comunes son los que pertenecen al género Isospora.
Los síntomas que aparecen son diarreas acuosas o con sangre, deshidratación, letargo, pérdida de apetito y de peso y, en casos graves, es muy mortal en cachorros.
Se contagian al ingerir heces infectadas o al entrar en contacto con ambientes contaminados (jaulas, suelos, juguetes). Los cachorros pueden infectarse de su madre y su propagación es más común en lugares con alta concentración de perros (refugios, criaderos, perreras…)
Para eliminarnos se necesita un fármaco específico que receta el veterinario (suele contener sulfonamidas). Es imprescindible mantener una higiene rigurosa del entorno y desinfectar con los productos adecuados ya que son muy resistentes en el ambiente.
Tabla comparativa de parásitos internos
Parásito | Descripción | Síntomas | Contagio | Eliminación |
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Lombrices intestinales (ascáridos) | Gusanos redondos que viven en el intestino delgado. Comunes en cachorros. | Vómitos, diarrea, barriga hinchada, pérdida de peso, lombrices visibles en heces o vómitos. | Ingesta de huevos presentes en tierra, agua contaminada o heces de otros perros. | Desparasitación con antiparasitarios orales (como febantel, fenbendazol o pyrantel). |
Tenias | Gusanos planos que pueden alcanzar gran tamaño; se adhieren al intestino. | Picor anal, arrastre del trasero, segmentos blancos (como granos de arroz) en las heces. | Ingesta de pulgas infectadas o de carne cruda infectada. | Antiparasitarios específicos (praziquantel). También se debe controlar la infestación de pulgas. |
Giardia | Protozoo microscópico que afecta el intestino delgado. | Diarrea intermitente o crónica, heces blandas o malolientes, pérdida de peso. | Agua o alimentos contaminados, contacto con heces infectadas. | Tratamiento con antiparasitarios como metronidazol o fenbendazol. Higiene estricta es fundamental. |
Gusano del corazón (dirofilaria) | Parásito que vive en el corazón y los pulmones. Se transmite por picaduras de mosquitos. | Tos persistente, fatiga, pérdida de peso, dificultad para respirar. En casos graves, fallo cardíaco. | Picadura de mosquito infectado. | Tratamiento veterinario específico y delicado (melarsomina). Prevención con antiparasitarios mensuales. |
Coccidios | Protozoos intestinales comunes, especialmente en cachorros o perros debilitados. | Diarrea (a veces con sangre), deshidratación, pérdida de apetito, debilidad. | Ingesta de quistes en heces contaminadas o superficies infectadas. | Antibióticos como sulfadimetoxina. Es esencial limpiar bien el entorno del perro. |
Parásitos externos en perros
Estos insectos afectan principalmente a la piel y pelaje del perro y, en muchas ocasiones, se ven perfectamente a la vista. Vamos a ver qué parásitos podemos encontrar a nivel externo:
Pulgas
Son pequeños insectos sin alas que se alimentan de la sangre del perro. Saltan de un hospedador a otro y se reproducen rápidamente.
Su presencia causa rascado constante (e incluso se muerden), irritación y enrojecimiento de la piel, caída de pelo (especialmente en la zona lumbar y en la base de la cola) y, en caso de infestaciones graves pueden causar anemia. Podemos ver también en la piel del perro pequeños puntos negros que corresponden a los excrementos de las pulgas.
Se contagian por contacto con otros animales infestados y al estar en lugares contaminados como parques, alfombras, camas, sofás, jardines… Las pulgas adultas no sólo son el problema ya que el resto de estadios (huevos, larvas, pupas) están en el entorno.
Para eliminarlas podemos hacer uso de pipetas para perros, collares antiparasitarios, sprays, comprimidos orales… Hay muchas opciones en el mercado. Es importante aspirar y lavar frecuentemente la cama y el entorno del perro, tratar a todos los animales que haya en casa y, si nos encontramos ante una plaga en casa, lo mejor es una desinfección ambiental profesional.
Garrapatas
Son parásitos externos que se adhieren a la piel del perro para alimentarse de su sangre. Pueden transmitir enfermedades como la ehrlichiosis o la babeosis.
Algunos síntomas que causan son bultos o costras en la piel, letargo o debilidad, fiebre, pérdida de apetito y, en caso de transmitir enfermedades: cojera, anemia y sangrados anormales.
Los perros se contagian al pasear por zonas con vegetación alta y por contacto con otros animales que estén infestados.
Para eliminarlas podemos extraerlas de manera manual muy cuidadosamente con pinzas o herramientas específicas, sujetando desde la base para evitar que la cabeza quede incrustada dentro del perro. Además, existen productos antiparasitarios como pipetas, collares, comprimidos o sprays. De nuevo aquí la prevención continua todo el año (sobre todo en zonas endémicas) es fundamental.
Ácaros (sarna y otitis parasitaria)
Estos parásitos microscópicos excavan la piel del perro o viven en sus folículos pilosos, causando distintos tipos de sarna. Los más comunes son Sarcoptes scabiei (sarna sarcóptica) y Demodex canis (sarna demodécica).
Los síntomas que producen son picor intenso (principalmente, en orejas, codos, abdomen o patas), pérdida de pelo localizada o generalizada, costras, enrojecimiento de la piel y, en casos severos, infecciones secundarias, mal olor y apatía.
El contacto directo con animales infestados es la forma de contagio más frecuente. También a través de superficies contaminadas como ropas, camas y otros objetos… Debemos tener especial cuidado ya que algunos tipos de sarna como la sarcóptica puede afectarnos también a nosotros.
Las recomendaciones veterinarias para eliminarlos pueden incluir: baños con champús antiparasitarios para perros, pipetas o comprimidos antiparasitarios y antibióticos o antiinflamatorios en casos complicados. Es fundamental desinfectar el entorno y tener control del contacto con otros animales. Es importante consultar la duración de las pipetas y otros antiparasitarios similares
Mosquitos y flebótomos (leishmaniosis)
Estos insectos, al picar, pueden transmitir enfermedades graves, especialmente la leishmaniosis causada por el parásito Leishmania infantum. Es una enfermedad que afecta al sistema inmune y puede ser crónica o mortal si no se trata.
Entre los síntomas que nos encontramos está la pérdida de peso progresiva, heridas o úlceras en la piel (orejas, nariz o patas), letargo, debilidad, fiebre y, en fases avanzadas, crecimiento excesivo de las uñas, problemas renales o articulares.
Su contagio se produce por la picadura de flebótomos (mosquitos muy pequeños) infectados que suelen tener más presencia en zonas cálidas y húmedas. No es una enfermedad que se transmita de perro a perro directamente ni a través del contacto.
Esta enfermedad actualmente no tiene cura por eso debemos enfocarnos en su prevención utilizando repelentes como pipetas o sprays, collares antiparasitarios, vacunas preventivas y tomar algunas medidas como evitar paseos al amanecer y atardecer y el uso de mosquiteras.
Tabla comparativa de parásitos internos
Parásito | Descripción | Síntomas | Contagio | Eliminación |
---|---|---|---|---|
Pulgas | Insectos sin alas que se alimentan de la sangre. Saltan de un hospedador a otro y se reproducen muy rápido. | Picor, rascado, caída de pelo (sobre todo en la base de la cola), enrojecimiento, puntos negros (excrementos de pulgas) y anemia en infestaciones graves. | Contacto con animales infestados o ambientes contaminados (alfombras, sofás, camas, jardines…). Huevos, larvas y pupas permanecen en el entorno. | Pipetas, collares, comprimidos, sprays… Además, limpiar el entorno, aspirar y lavar con frecuencia. Si hay plaga, se recomienda desinfección profesional. |
Garrapatas | Parásitos externos que se adhieren a la piel y se alimentan de sangre. Transmiten enfermedades como ehrlichiosis o babeosis. | Bultos, costras, letargo, fiebre, pérdida de apetito. Si hay enfermedad: cojera, sangrados, anemia. | Contacto con otras mascotas infestadas o paseos por vegetación alta. | Extracción manual con pinzas especiales desde la base. Prevención con collares, pipetas, comprimidos o sprays. Vigilancia continua, sobre todo en zonas de riesgo. |
Ácaros (sarna y otitis) | Parásitos microscópicos que excavan la piel o habitan en folículos. Provocan diferentes tipos de sarna. | Picor intenso (en orejas, patas, abdomen…), pérdida de pelo, costras, mal olor, infecciones secundarias, apatía. Algunas sarna pueden contagiar a humanos (como la sarcóptica). | Contacto directo con animales infestados o superficies contaminadas (camas, ropa, objetos…). | Baños con champús antiparasitarios, pipetas, comprimidos, antibióticos y antiinflamatorios. Desinfección del entorno y control de contactos. Consultar la duración y aplicación correcta de productos. |
Mosquitos y flebótomos | Insectos que pican y transmiten enfermedades como la leishmaniosis. El parásito Leishmania infantum afecta al sistema inmune. | Pérdida de peso, heridas o úlceras, fiebre, debilidad, crecimiento de uñas, problemas renales o articulares. Puede ser crónica o mortal si no se trata. | Picadura de flebótomos infectados. Mayor presencia en climas cálidos y húmedos. No se contagia de perro a perro ni por contacto directo. | Prevención: pipetas, collares, repelentes, vacunas y evitar paseos al amanecer/anochecer. Uso de mosquiteras. No tiene cura, por lo que la prevención es clave. |
¿Cómo prevenir los parásitos en perros?
Os dejamos a continuación una guía rápida para dueños responsables que velan por la salud de sus peludos:
- Usar antiparasitarios de forma regular: Aplicar pipetas, collares antiparasitarios o comprimidos orales según la recomendación veterinaria para protegerlos de pulgas, garrapatas, mosquitos, lombrices y otros parásitos.
- Mantener una buena higiene en casa: Lavar regularmente camas, mantas y juguetes del perro y aspirar y desinfectar la casa.
- Evitar zonas de alto riesgo y animales infectados: Cuidado especialmente con zonas con vegetación alta, agua estancada o animales desconocidos. También evitar el contacto con animales que presenten síntomas de infestación.
- Revisar el pelaje tras los paseos: Especialmente orejas, cuello, axilas y entre los dedos. Detectar pulgas o garrapatas pueden evitar una infestación mayor.
- Visitar regularmente al veterinario: Realizar desparasitaciones preventivas periódicas.
Conclusión
Tras detallar todos los problemas de salud que pueden causar estos molestos insectos queda claro que la prevención es la mejor herramienta para proteger a nuestros perros. Estos organismos no sólo afectan a su bienestar, sino que también pueden transmitir enfermedades graves y, en algunos casos, contagiar a otros animales y/o a personas.
Consultar con el veterinario regularmente es fundamental para detectar problemas a tiempo y elegir el antiparasitario más adecuado según el estilo de vida del perro: si vive en casa o al aire libre, si pasea por el campo o ciudad, si convive o no con otros animales…
Cada perro y cada tutor es diferente y la prevención debe adaptarse a sus necesidades. Con una buena higiene, revisiones frecuentes y tratamiento adecuado podemos asegurarles una vida más sana y feliz.
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